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Soy un perro sin raza. Cuando la gente pregunta a mi amo por la calle de qué raza soy, le gusta responder con orgullo que soy mestizo, sencillamente, un perro... su perro.
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Soy un perro sin raza, así que soy un perro exclusivo. Todo perro sin raza es siempre original, único. No hay dos iguales.
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Soy un perro sin raza. Un perro con dos orejas, dos ojos, una nariz, una cola, cuatro patas y muchos dientes. Un perro como todos.
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Soy un perro sin raza. A mi familia de humanos les da igual si soy el perro más bonito del mundo o el más feo.
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Soy un perro sin raza, así que tengo muchas más posibilidades de pisar el veterinario sólo para ponerme las vacunas. No es ninguna leyenda urbana que los perros mestizos somos más sanos.
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Soy un perro sin raza y mi carácter es fruto de la selección genética natural, el sistema más sabio. Es el que usan ustedes los humanos.
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Soy un perro sin raza, como muchos otros perros que han sido adoptados en una protectora, que fueron encontrados o regalados.
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Soy un perro sin raza, pero no soy un perro que salga gratis. Todos los perros costamos dinero en comida, vacunas, residencias caninas, peluquerías... eso sin contar que nos podemos poner enfermos y necesitar un tratamiento caro.
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Soy un perro sin raza, aunque los perros de raza son, en el fondo, perros mestizos fotocopiados.
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Soy un perro sin raza, es decir, soy un perro tan bueno como cualquier otro.
